Esta secuela del título “De profesión: duro“, protagonizado en 1989 por Patrick Swayze, cuenta la historia de Shane Tanner (Johnathon Schaech), un agente de la DEA que acude a Louisiana para ayudar a su tío Nate después de que éste haya recibido una paliza por parte de unos traficantes de la zona. Allí descubre que con esta demostración de violencia los delincuentes buscan hacerse con el control del bar fronterizo que Nate regenta en una ubicación privilegiada para el tráfico de drogas. Shane no está dispuesto a ceder a las extorsiones y evitará a toda costa vender el bar a los matones.