
Jonathan es un joven artista sin demasiado éxito. Sus trabajos no tienen gran repercusión, hasta el día en que construye un maniquí. Esa creación va a cambiar su vida y así lo intuye, ya que es la obra de la que más orgulloso se siente. La figura acaba en un escaparate de una tienda, la misma de la que es propietaria una anciana. Por casualidades de la vida, el joven le salva la vida a la pobre mujer, por lo que ella, sin dudarlo, le ofrece trabajo. Un día, el maniquí que Jonathan creó, resulta cobrar vida y se convierte en una hermosa chica llamada Emmy, quien fue una antigua mujer egipcia. Ambos rediseñarán los escaparates con mucho éxito, cosa que no gustará a la competencia hasta el punto de ser capaces de hacer lo que sea para pararlos.