Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas y Denzel Washington está dispuesto a sacrificarlo todo, incluso su vida, para salvar a su hijo. John Q. Archibald (Washington), un modesto trabajador, se entera de que su seguro médico no cubre el trasplante de corazón que su hijo Michael necesita urgentemente. Agotadas todas las posibilidades y desesperado, John entra armado en el hospital y coge como rehenes a pacientes y personal de urgencias hasta que accedan a operar a su hijo. Atrincherado, John tiene que enfrentarse al negociador (Robert Duvall) y al jefe de policía (Ray Liotta) que pretende resolver la situación con rapidez. La película, dirigida por Nick Cassavetes (“El diario de Noa”), refleja la precaria cobertura sanitaria que tienen muchos ciudadanos en Estados Unidos.