Libby Parsons (Ashley Judd) tenía una vida perfecta junto a su marido Nick (Bruce Greenwood) y su hijo Matty. Pero su mundo se desmorona cuando Nick desaparece del barco en el que navegaban y ella es acusada de asesinato. Tras varios años en prisión, sale en libertad condicional bajo la supervisión del agente Travis Lehman (Tommy Lee Jones). Sin embargo, Elizabeth ha descubierto que su marido fingió su muerte. Dispuesta a desenmascararle y a vengarse, Libby viola la condicional lo que desencadena la persecución del agente Lehman. Pero ella cuenta con una baza a su favor: no puede ser condenada dos veces por el mismo crimen.