
Los barrios residenciales perfectos dan escalofríos y este thriller dirigido por D.J. Caruso (Apostando al límite, Vidas ajenas) muestra que cuanto más tranquila es la calle, más oscuros son los secretos. Tras la muerte en accidente de su padre, Kale (Shia LaBeouf, Transformers) se ha vuelto huraño y retraído y cuando pega a su profesor en el instituto, el juez ordena su arresto domiciliario. Si Kale pone el pie a más de 35 metros de su casa, irá a la cárcel. Su madre Julie (Carrie-Anne Moss, la famosa Trinity de la saga “Matrix“) trabaja día y noche y las paredes de su casa oprimen tanto a Kale que empieza a espiar a sus vecinos, sobre todo a Ashley (Sarah Roemer, El grito 2), que acaba de mudarse a la casa de al lado y no tarda en descubrirle. Sorprendentemente, la chica se interesa por su pasatiempo. Pero lo que empezó como un juego se convierte en algo muy serio cuando Kale empieza a sospechar que uno de sus vecinos (David Morse, La milla verde, Prueba de vida) es un asesino en serie. ¿Será verdad o imaginaciones creadas por su encierro forzoso?