
Robert Redford es el protagonista de este convincente drama en el que interpreta a Henry Brubaker, un preso que entra en la cárcel de Wakefield, en Arkansas. Después de ser testigo de varias situaciones de abuso, de corrupción y violencia, Henry revela a los guardas y a la administración que no es un criminal, sino el nuevo director de la prisión. Una vez confirmada su identidad, Brubaker toma posesión de su cargo y se dispone a establecer una serie de reglamentos y procedimientos para mejorar las condiciones de vida de la cárcel a pesar de la resistencia de los guardias, de los presos de confianza y hasta de las autoridades interesadas en que todo continúe igual. Stuart Rosenberg ya había denunciado los abusos de poder y malos tratos en La leyenda del indomable con Paul Newman y, ahora lo hace en este drama carcelario, basado en una historia real.