Breaking Bad: la serie “maldita” que se convirtió en un icono pop

La serie de AMC, que se estrenó hace diez años, ha sido replicada, homenajeada e incluso convertida en una joya de museo.

Hace apenas unos días, escuchaba a un veinteañero recomendarle a otro, entre varias series de estreno y un par de vídeos virales, que viera Breaking Bad. El hecho de que diez años después de su estreno el público siga hablando de la ficción de culto firmada por Vince Gilligan es solo un ejemplo más del calado popular que ha tenido esta joya de AMC, que logró el récord Guinness a la serie mejor valorada, catapultó a sus intérpretes a la fama, ha sido homenajeada tanto dentro como fuera de la pequeña pantalla e incluso forma parte del Museo Nacional de Historia Americana.

Sin embargo, su estreno en televisión fue casi un milagro. Aunque Sony compró inmediatamente la idea de Vince Gilligan, encontrar una cadena que quisiera emitirla fue una auténtica odisea. “Vamos a coger Mr.Chips y convertirlo en Scarface”, contaba en cada presentación. Pero la respuesta era siempre negativa. TNT la rechazó por el tema de la metanfetamina, HBO no la terminaba de ver como serie, Showtime tenía en cartera un proyecto similar, ‘Weeds’, y FX, que solo podía dar luz verde a un proyecto esa temporada, se decantó por ‘Dirt’, protagonizada por Courtney Cox (‘Friends’). Entonces, cuando parecía que Breaking Bad no iba a salir adelante , AMC llamó a su puerta: querían comprar la producción.

Quién le iba a decir a Vince Gilligan que, tras este accidentado inicio, Breaking Bad acabaría convirtiéndose no solo en una serie de Guinness, sino también en una de las pocas producciones que forma parte del Museo Nacional de Historia Americana del Instituto Smithsonian, que desde 2015 expone objetos como el sombrero de Walter White o los monos amarillos de los protagonistas. En 2013, el neoyorquino Museum of the Moving Image dedicó una muestra a la transformación del personaje interpretado por Bryan Cranston y en 2012 la Gallery 1988, de Los Ángeles, tuvo una exposición colectiva con obras estilo pop titulada ‘Breaking Bad Art Project’.

Algunos afortunados ni siquiera tienen que acudir a un museo para disfrutar de las joyas de la serie. En una subasta con más de 180 lotes que se realizó cuando Breaking Bad echó el cierre, un fan pagó cerca de 9.000 euros por los calzoncillos usados de Walter White.

Pero su influencia también ha llegado a lugares más oscuros. La serie puso de moda la metanfetamina azul, un tipo de droga con colorantes y muy adictiva que arrasó entre la gente joven e inexperta. Además, también aparecieron varios Heisenberg reales: John Gose, profesor de ciencia de Nuevo México, fue juzgado en 2016 por producir y vender metanfetamina. En Boston, otro docente, Stephen W. Doran, fue detenido con medio kilo de droga en su coche. Como Walter White, él también padecía un cáncer casi terminal. Breaking Bad incluso da nombre a un síndrome, que plantea, según los científicos de la universidad de UCLA, que la mayoría de actos violentos nacen del deseo de cada persona de hacer lo que considera correcto.

No obstante, la serie de AMC, que generó un boom turístico inaudito en sus escenarios de Alburquerque -la dueña real de la casa de la familia White anunció que construiría una valla para evitar que le tirasen pizzas al tejado- sirvió además para luchar contra los estragos de la droga: las becas ‘Breaking Addiction’ ofrecían doce semanas gratis de rehabilitación a sus beneficiarios.

Estela en la pequeña pantalla

Breaking Bad también ha sido el origen de la precuela ‘Better Call Saul’, centrada en el excéntrico abogado de la serie. Además, tuvo una versión colombiana denominada ‘Metástasis’ que apenas duró cuatro meses. Además, como todo icono de una generación, Breaking Bad también ha sido parodiada por ‘Los Simpson’.

Como es lógico, Breaking Bad además ha generado también todo tipo de productos de merchandising y libros, incluyendo uno de recetas y otro que analiza la serie desde un punto de vista cristiano. También encumbró a sus protagonistas a lo más alto de Hollywood. Bryan Cranston, hasta entonces conocido por ser el padre “tontaina” de la serie ‘Malcolm’, se convirtió en uno de los actores más populares tras interpretar la metamorfosis de un personaje nunca antes vista en televisión. El también protagonista de ‘Trumbo’ estaba tan agradecido a la serie que incluso se tatuó el logo BrBa en el anular. Aaron Paul (Jesse Pinkman) también ha continuado su carrera en superproducciones como ‘Need for Speed’ y ‘Exodus’.

Pocas series logran reunir a fans tan diversos como Rihanna, Justin Timberlake y Barack Obama. Larga vida al fenómeno.

Por: Helena Cortés @helen_cor